De Prada explica por qué el patriotismo es lo contrario del nacionalismo

Mi patria son mis hijos, son mis hermanos, y son mis vecinos. Es mi patria el médico que me cuida y el policía que me protege. Es la guitarra que me alegra y me consuela. Mi patria es el paisaje en el que mi vista se pierde y el trabajo que me da el sustento. El olor del pan recién hecho y el de la hierba recién cortada. Es el sudor vertido en este suelo por mi madre y la sangre derramada por mi padre. Mi patria es la brisa húmeda y salada de la orilla de mi playa y el cálido y seco que baja de las montañas. Es mi Dios que con su palabra me alienta y que con su aliento me da esperanza.
Es por eso, que desprecio al compatriota que de ella no hace aprecio.
Y al ladrón que me lo quiera robar, le aviso, que le espera el filo de mi navaja.

Miguel Reseco

Que no le engañen.

El nacionalismo se esfuerza por confundirse con el patriotismo, de tal manera que para un nacionalista todo el mundo lo es, de un color u otro. Exactamente así lo dijo Artur Mas hace unos meses. El rasgo distintivo del nacionalista es precisamente este: sus gafas ideológicas le obligan a verlo todo bajo esa óptica.

Pero es fundamental distinguir entre nacionalismo y patriotismo para preservar la riqueza intelectual. Lukacs nos recordaba que el patriotismo es un sentimiento natural, mientras el nacionalismo es una ideología construida sobre mitos; Elie Kedourie nos explicaba que el patriotismo se basa en el amor, y el nacionalismo intenta apropiarse de él para lograr sus metas ideológicas; y Juan Pablo II pedía evitar a toda costa la degeneración del patriotismo en nacionalismo. Ahora el arte de Juan Manuel de Prada nos dice lo mismo en un precioso diálogo de su última novela,

Ver la entrada original 382 palabras más