NI RECONOCÍ SAGRADO

Raimundo_de_Madrazo__Retrato_de_María_Guerrero_en_Doña_Inés__1891Mi nombre es Inés de Ulloa. Yo era novicia en el convento de la Virgen, de las Hermanas Calatravas, que hubo en la calle Sevilla.

Era 16 de agosto del año 1936 cuando un grupo de hombres armados, mandados por un guardia al que llamaban El Tenorio, asaltó nuestra casa.

Las hermanas más jóvenes lloraban, las mayores rezaban.

Con gritos y empujones nos sacaron del convento, y nos llevaron hasta la checa que había en los bajos del palacio, de la que llamaban Quinta de Don Juan.

Allí estuvimos el resto del día y toda la noche, sentadas en el suelo, con un calor sofocante, y sin que nos dieran un poco de agua.

Al anochecer se unió a nosotras la madre abadesa. La vista de su hábito desgarrado y de su cuerpo maltratado, nos heló la sangre y nos detuvo el corazón.

A las seis de la mañana nos hicieron salir a la calle, para en unas camionetas, conducirnos hasta un descampado, muy cerca de Boadilla del Monte. Nos hicieron poner en fila junto a una zanja.

Una hermana comenzó a entonar el Veni Creator, una tras otra todas la acompañamos.

Allí volví a ver al tal Tenorio. En sus ojos vi que ese hombre habría sido capaz de robarme el alma, sin darme cuenta de que me iba a robar la vida.

Con las primeras luces, me fusilaron junto al resto de mis hermanas.

De mi cuerpo nunca más se supo.

Miguel Reseco

Etiquetas:

2 respuestas to “NI RECONOCÍ SAGRADO”

  1. alvarohistoria Says:

    Me encanta

    Me gusta

  2. alvarohistoria Says:

    Vaya historia más tremenda. Me encanta como has solapado la de don Juan Tenorio con la de la monja «paseada».

    Me gusta

Replica a alvarohistoria Cancelar la respuesta